lunes, 21 de marzo de 2011

Iron Maiden en México 2011 - La Frontera Final?





Esta fue la cuarta ocasión en que la Doncella se presentó en este estadio y contra todos los malos augurios de sus detractores (o los de los que de antemano como no van asistir, argumentan cualquier cosa para demeritar el asunto), una vez más lo llenaron. Salvo algunos pequeños huecos, el estadio estaba a reventar. Se habló mucho también de la gran cantidad de boletos que se regalaron previamente al evento. Sin embargo, cuántos de estos les gusta que se hallan distribuido de manera gratuita? contra la contundencia de un estadio lleno, con aproximadamente 50,000 personas (de acuerdo a cifras oficiales). Al Diablo le parece que para una banda que no goza de la menor difusión por radio o televisión, habla mucho del arraigo con el que cuenta entre el público rockero de nuestro país.

Considerando que para Iron Maiden, México ya es una parada común durante sus giras desde 1992, como asistente uno debe saber ante lo que se enfrenta. Parafraseando diré que cuando uno va a l cine a ver la nueva película de Woody Allen, lo último que espera es ver elementos o escenas de sus películas anteriores. Y por otro lado, cuando se asiste a ver un ciclo o retrospectiva de Woody Allen, sí se espera entonces ver programado lo más representativo y clásico de su filmografía. Entonces al adquirir un boleto para ver a Iron Maiden durante la gira de su disco “The Final Frontier”, uno debe de asumir que es lo que la banda presentará con primordialidad, el material de esta su más reciente producción.





Explicado lo anterior, pasemos a comentar lo que se presenció este viernes pasado en el Foro Sol. Diez minutos antes de las ocho de la noche, Maligno hizo su aparición sobre el escenario, para comenzar a calentar al público. Su presentación fue breve pero consistente, con apenas treinta minutos en los que decidieron presentar tres canciones nuevas, las cuales forman parte de su próximo a editarse tercer disco. La calidad del audio fue buena, aunque continuamente se batallaba contra el fuerte viento. Y ante la banda de doom/stonner regiomontana, el público se mostró complacido, pues lejos de abuchearlos (como suele suceder a cualquier acto abridor de Maiden), los escucharon y hasta ovacionaron.

Maligno rules! Y el Diablo no esmera en saludarlos.

Y en punto de las nueve de la noche, una vez más el legendario “Doctor Doctor” retumbó de nuevo por las bocinas. Y para el Diablo fue inevitable pensar que si solo algunos de los miles que esa noche brincotearon y la corearon, hubieran asistido al concierto de Michael Schenker, entonces se hubiera llenado hasta el Auditorio Nacional. En fin. Iron Maiden demostró de nuevo el abolengo del metal británico y con el colmillo que se cargan dejaron rayado el piso del escenario. El material de su más reciente producción, nos presume a una madura banda de músicos cincuentones, haciendo rock para sus fans cuarentones y treintañeros. Sin embargo presenciar el arraigo con el que ya cuentan entre las audiencias más jóvenes (e incluso infantiles), es en ocasiones hasta estremecedor.







El desempeño de la banda sobre el escenario, deja claro por qué han dejado de ser una (sí muy importante), banda de heavy metal, para convertirse en una absoluta institución en la escena del rock mundial y por desgracia parece que cada vez será más difícil presenciar este tipo de fenómenos. Por eso el Diablo cree que lo que presenciamos en este tipo de eventos, son absolutos capítulos de la historia.

No detallaremos el evento, pues para eso sobran las fuentes. En esta ocasión el Diablo quiso comentar desde un punto de vista más apreciativo que documental. Y también se empeña en reiterar que, como en muchas otras ocasiones, presenciar a la Doncella es todo un honor y dado el abolengo demostrado, también es todo un privilegio.






Up the Irons!

Fotos tomadas por el Diablo, desde el único lugar del estadio en el que se puede fotografiar ese plano. Gracias a mi amigo Doug (se los dejo de tarea a los fans).

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